Descripción
La primera impresión que ofrece el parque natural Bahía de Cádiz es la de un paisaje complejo, desordenado, que se transforma a impulsos. Nada más lejos de la realidad: agua, sol, viento y hombre cabalgan al mismo compás en un territorio que plasma la perfecta comunión entre tierra y mar.
Al noreste de la capital, esta bahía marina de escasa profundidad, antaño viejo estuario que recibía las aguas de los ríos Guadalete y San Pedro, ocupa una gran extensión intermareal -marismas de la Península de los Toruños, Sancti Petri e Isla del Trocadero- rodeada de un complejo sistema de salinas -río Arillo-, caños -Sancti Petri, Zurraque, Trocadero-, esteros y pequeñas lagunas. Unas playas excepcionales, como Levante, Camposoto y La Cachucha-, y más de 3.000 horas de sol son la mejor carta de presentación de este espacio natural.
Fauna y flora
El agua, que se cuela por caños y esteros inundando a intervalos la bahía, viento y sal condicionan la vegetación predominante. Espartina, armajo o verdolaga marítima, entre otros, van a tener una presencia principal, mientras en el tránsito de la marisma a tierra firme aparecen gramíneas, como rostraria y cebadilla. En las planicies intermareales, muy ricas en nutrientes, se pueden encontrar praderas sumergidas de pelillos y algas, como la breza y la lechuga o papelejo. Estos suelos, ricos en alimento, a mitad de camino entre El Estrecho y las marismas de Doñana, desempeñan un papel principal en los movimientos migratorios de la avifauna permitiendo que muchas aves realicen la invernada en sus costas: limícolas, zancudas, gaviotas, anátidas, fochas y pollas de agua, águila pescadora, charrán común y charrancito, con las mayores colonias de la Península Ibérica, y un cormorán cada vez más numeroso, son buena muestra. El marisco también desempeña un papel principal en las aguas de la Bahía de Cádiz, dando lugar a una de las actividades más tradicionales de esta tierra.
Las dunas, en movimiento o estabilizadas, permiten la presencia de un buen elenco botánico, como barrones, clavellina o retama; mientras que en su entorno aparecen pinares, como los de La Algaida y Los Toruños, donde el piñonero da cobijo a un sotobosque capaz de soportar los vientos y el ambiente salino. Estas masas forestales son refugio de aves -mirlos, petirrojos, mochuelos y cernícalos-, camaleones, anfibios y mamíferos como el erizo europeo o el lirón.
Servicios
Características espacio natural
- Área (m2) - 10522
- Fecha de declaración - 27/07/1989
Infraestructura
- Guía Intérprete
- Jardín botánico
- Mirador
- Observatorio de aves
- Oficina de turismo
Instalaciones de ocio
- Instalaciones de salud/fitness/belleza
Segmento
- Cultura
- Naturaleza
- Ocio y Diversión
- Turismo Activo - Deportes
Temporada
- Todo el año
Tipo de deporte
- Actividades ecuestres
- Buceo
- Cicloturismo
- Escalada
- Esquí acuático
- Kitesurf
- Multiaventura
- Orientación
- Piragüismo
- Puenting
- Senderismo
- Surf
- Vehículos Todoterreno
- Vela
- Vuelo libre
- Windsurf
Tipo de público
- Amigos
- Familiar
- Jóvenes
- Lgbti
- Mayores
- Parejas
- Viajo Solo
Unidad ambiental
- Litoral Atlántico Andaluz